miércoles, 22 de abril de 2009

(EL ARTE DEL VINO)

Bodegas Yllera

El Laberinto del Minotauro en el
“El Hilo de Ariadna”


A mitad de camino entre Madrid y Galicia, siguiendo la ruta por la autovía A6, en la antigua carretera de La Coruña, nos encontramos con Rueda, monumental Villa vallisoletana, cuna y capital del vino blanco castellano por excelencia, el verdejo. Y claro, también nos encontramos con sus famosas bodegas, entre las que destacan sin lugar a dudas, las singulares y laberínticas bodegas del Grupo Yllera. Aquí, en el denominado “barrio de las bodegas” del centro de esta población, encima de la grandiosa Iglesia barroca cuya altiva torre rasga el cielo castellano, aparece “El Hilo de Ariadna”, una singular bodega laberíntica, de las de antaño, con un toque de modernidad y mucha historia que aprender.



Pero el enoturismo para la familia Yllera, propietaria de estas bodegas, no se queda solo en una visita a sus instalaciones de elaboración y crianza, que también son muy interesantes, sino que han ido todavía más allá. Y, es que los viajeros que atravesamos estas llanuras castellanas nos vamos a encontrar con una impresionante cueva subterránea en la que el vino, la mitología, la historia, el arte, la cultura y el alma de cada uno, se dan la mano.



A treinta y tantos metros de profundidad, --todavía se continua escavando--, y en un precioso laberinto intrincado que es el recorrido de más de un kilómetro de esta bodega, nos muestran los conocidos vinos de Yllera a través de una atrayente historia. Su particularidad y lo insólito, consiste en que se relaciona cada vino del grupo con un episodio del mito griego del Minotauro, asociando la cultura a un idóneo entramado de bodegas entrelazadas, íntimas unas, y espaciosas otras. Ante el figurado escenario del laberinto cretense, iremos desarrollando el ovillo que Ariadna entregó a Teseo para acabar con el Minotauro. Siguiendo la hermosa leyenda, pasaremos el hilo por los rincones donde duerme cada vino y los relacionaremos con la cultura en que han sido creados.




Cada pasadizo y rincón de esta bodega/cueva, relaciona los mencionados vinos con la mitología griega comenzando en Creta, o lo que es lo mismo, comenzando en el origen de nuestra cultura europea, simbolizando la enseñanza y el camino que iniciamos tiempo atrás.
Pasaremos después por diversas salas: La primera recoge el carácter burbujeante del Mediterráneo simbolizado por los vinos espumosos; después, las doncellas, cruel tributo que Atenas rendía a Creta para ser devoradas por el Minotauro; van a simbolizar la pureza y juventud de los blancos de Rueda. El aventurero Icaro, joven rebelde y temerario, con ganas de volar alto pero con una muerte temprana simbolizará a los vinos rosados, vinos jóvenes, frescos y veraniegos pero de corta vida.




Continúa la visita con un pasaje dedicado a Ariadna, simbolizando los tintos jóvenes. Ariadna, personaje legendario y universal que simboliza la belleza y la fertilidad era nieta de Europa, hija de Pasifae y hermana de Fedra, todas de singular belleza y apasionadas amantes. Asimismo, Ariadna fue esposa del Dios griego del vino Dionisos y madre de Enopión, primer humano que elaboró vino bajo las sabias enseñanzas de su padre.



Prosigue el recorrido visitando la sala dedicada a la crianza en barrica de los vinos tintos, simbolizada por Dédalo, constructor del laberinto. Nos encontramos con Teseo, el héroe ateniense que mató al Minotauro y que va a simbolizar la crianza en botella que otorga a los vinos finura y complejidad. El pasaje del Minotauro, personaje mitológico con cuerpo humano y cabeza de toro va a representar los vinos reservas, vinos excepcionales que no se elaboran todos los años y que se asemejan a algo excepcional como el propio Minotauro, al que no hay que dejar de contemplar.



Respecto a la decoración que nos vamos a encontrar en todo este recorrido decir que va a ser la de una típica bodega, la de una cueva, huyendo de ampulosidad y adornos artificiales. Eso sí, la bodega está salpicada de murales y frescos explicativos que ayudan a comprender mejor el recorrido y el mensaje que el guía nos cuenta de vez en cuando.
El siguiente paso es la isla de Naxos, lugar donde Teseo abandonó a Ariadna dormida en la playa y donde fue encontrada por el dios Dionisos. Este hermoso pasaje simboliza los Grandes Reservas, vinos que al igual que Ariadna, “duermen” en la botella en largo y necesario reposo para transformarse en caldos únicos y divinos.



En este lugar remataremos la visita a esta magnífica bodega en una sala donde se recoge el espíritu divino de Dionisios en la cual se muestra la joya de la corona de la bodega: el Dominus. Es el summum, el “no va más”, la plenitud, el Dios del vino…es el Yllera Dominus. Así se unen en este último pasaje del recorrido la mitología griega pagana con la cultura latina, ya que “Dominus” significa “el señor” en latín. A partir de ahora habremos hecho un viaje a lo largo de la historia y de la cultura en Rueda.



Además, al terminar la visita podremos comprar alguna botella de recuerdo en la tienda que hay a la salida, pudiendo rememorar toda esta historia cuando descorchemos uno de los vinos del Grupo Yllera.

Dirección:
Ctra. Madrid - Coruña, km. 173.5. Rueda (Valladolid).
Tel.: 983.868.097. Fax: 983.868.177.
E-mail: mailto:grupoyllera@grupoyllera.com%20//%20ariadna@grupoyllera.com
Web: http://www.grupoyllera.com/

Horario visitas:
De lunes a viernes, de 10.30 a 13.30 y de 16.30 a 18.30 horas.
Fines de semana y festivos: de 10.30 a 14.30 (Tardes a consultar).
Visitas previa cita. Consultar otros horarios.

Rafael Calvete ©

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